Fieles al Programa Lúdico propuesto, el pasado 26 de mayo de 2018 (sábado), en torno a las 8 de la mañana, una muy digna representación de nuestra Asociación de Laboralistas del Campo de Gibraltar, y un no menos importante grupo de simpatizantes de la misma, embarcamos en autobús rumbo a la campiña cordobesa. Capitaneaba la nave Luis, un conductor de profesionalidad sin igual.
Apenas iniciada nuestra marcha, los viajeros pudimos degustar, de la mano del incansable matrimonio formado por Pepe y Beli, una excelente torta de aceite (torta del pellizco) regada con un chupito de orujo de hierbas.
Y entre chistes diversos, conversaciones variadas y la alegría de todos, a la entrada de Málaga, hicimos un alto en el camino para desayunar como Dios manda.
Poco antes de las 12 de la mañana, ya estábamos en nuestro centro base: el hotel Las Acacias de Puente Genil; desde donde, después de tomar posesión de nuestras respectivas habitaciones, nos dirigimos a Moriles, y más en concreto a las tierras calizas de las Bodegas Lagar del Monte, donde se asienta el Centro de la Cultura del Vino de dicha localidad.
Allí nos esperaba, con María del Carmen, nuestro querido compañero Francisco Ojeda; quien, tras los saludos de rigor, nos presentó a Gabriel, nuestro guía cultural, y de cuya mano nos sumimos en una maravillosa visita al mentado Centro.
Posteriormente, por cortesía de las Bodegas, en un pequeño trenecito, comandado por Antonio, uno de los propietarios de ésta, nos dirigimos a la zona más alta del lagar, donde se ubica una torreta y, subidos en ella, pudimos disfrutar de unas vistas absolutamente maravillosas de parte de la campiña cordobesa, atravesada de olivares y viñedos.
Y por fin, ya en una de las magníficas alas bodegueras, pudimos degustar una rigurosa selección de vinos jóvenes afrutados y finos (entre ellos, el buque insignia: Fino Cebolla; Medalla de Oro, por cierto, en el Concurso Mundial de Bruselas celebrado justo el viernes inmediato anterior, 25 de mayo de 2018), salpicada de chazinas y una amenísima charla del propio Antonio.
Para terminar, en otra sala, degustamos más fino y un excelente arroz caldoso; y de postre, más torta del pellizco y unos almibarados Pedro Ximénez.
Tras descansar en el hotel, nos dirigimos al caer de la tarde a Casa Pedro, también en Puente Genil, donde algunos pudimos ver la final de Champions, congratularnos de la victoria del Real Madrid y proceder seguidamente, todos, a una cena por completo inolvidable: excelentes viandas, excelentes vinos, excelentes postres, y todo ello servido por camareros igualmente excelentes.
Terminamos, como no podría haber sido de otro modo, todos juntos, bailando en un pub de la Matallana, calle principal de Puente Genil, hasta las tantas de la noche.
El domingo 27 por la mañana, tras un opíparo desayuno grupal, Luis nos trasladó en autobús a las afueras del pueblo, donde quedamos prendados de la belleza del yacimiento de la Villa Romana de Fuente Álamo; y asistimos encantados a las explicaciones apasionadas de su arqueólogo titular.
Ya de vuelta a la Matallana, nos dividimos en grupos para almorzar en algunos de sus fantásticos bares, y al cabo, tras reunirnos en el punto fijado de encuentro, y tomar juntos unos helados, en torno a las 4 de la tarde nos embarcamos de nuevo en el autobús con destino a Algeciras.
Dos días inolvidables, compañeros, de risas, encuentros, aprendizaje…; de Vida, en suma, con mayúsculas.
¡Ojalá que vengan muchos más!